Participantes en la caminata:
Fini, Antonio Muñoz, Manolo, Pili, Paco Ponferrada, Antonio Usieto, Antonio de
Fornes, Paco Hernado y Jesús.
A la comida se unieron: Lucía,
Ester y Manuel de Rincón.
Distancia recorrida: 10,2 km
Desnivel acumulado: 385 m
Desayuno en la gasolinera de Nerja. Nos invitó Pili por su cumpleaños. ¡¡¡MUCHAS FELICIDADES Y MUCHAS GRACIAS!!! Este mes de marzo y principio de abril es una bendición de cumpleaños.
Día 6 de abril, primer miércoles
de mes y, continuando con la norma establecida, día de caminata corta con
comida en restaurante.
Para los primeros miércoles de
mes tenemos cola de propuestas. La de Moclín, en Granada, hace ya más de un mes
que espera. Hoy no le ha llegado el turno porque había riesgo de lluvia, mayor
en Moclín que en la costa de Málaga, y Manolo, acertadamente, propuso una por
la costa. Había que viajar menos y sin riesgo de barros. Ya le llegará el turno
a Moclín.
Quedamos a las 8,20 a desayunar.
Esa hora indicaba caminata corta o al menos esa era la idea que nos hicimos la
mayoría. Manolo nos llevó a aparcar a la zona de Calaceite, entre Torrox y
Nerja, al lado de la playa, en la carretera N-340 antigua.
Para hacer una ruta circular
partimos por la orilla de la carretera en dirección a Nerja hasta la altura de
la urbanización Tamango Hill, allí dejamos la carretera para iniciar la subida
a la urbanización siguiendo el arroyo de los Frontiles. Habíamos comenzado con
una fina lluvia que duró hasta el fin de la urbanización donde nos liberamos de
impermeables para ya no volver a utilizarlos. El día mejoraba claramente.
Las vistas sobre la playa desde
esos cerros aledaños son magníficas, pero también lo son hacia la cordillera
entre el Cielo y Navachica. Con ellas ascendimos camino arriba, parando de vez
en cuando para disfrutarlas.
Hay algunas plantaciones, pocas y
malas, de aguacate, y la mayor parte de esas laderas que aún conservan los
balates de las antiguas paratas están esperando que crezcan casas en vez de la
vid y olivo que un día tuvieron.
El vértice geodésico lo descubrió
Manolo en esas caminatas de la temporada de la Covid cuando no se podía salir
del término municipal. Manolo se excedió un poco porque el vértice está en
Torrox, no muy lejos de Nerja, pero en Torrox, mas ¿quién se va a enterar de
esa pequeña infracción? A cambio hemos tenido esta deliciosa caminata.
Llegados al cerro lo que se ve
son antenas enormes por todas partes y en medio de ellas, ahogado, casi sin
espacio, está el monolito. Nos hicimos las correspondientes fotos y el monolito
nos pagó la visita con dos sorpresas.
La primera una Anacamptis
papilionácea, pequeñita por la tremenda sequía pasada, aunque con dos
hermosas flores abiertas.
La segunda un cernícalo volando a
nuestra altura, cerniéndose y quedándose inmóvil justo delante nuestra, y
tirándose como una bala hacia el suelo en busca de algún animalillo que había
visto…, para volver a remontar el vuelo de vacío. Repitió la maniobra varias
veces, no sabemos si para solaz de los espectadores o porque el hambre lo
acuciaba, hasta que en uno de esos veloces descensos no remontó el vuelo. Quedó
en tierra y al cabo de un rato salió volando, casi a ras de suelo, en otra
dirección. La representación había terminado con la satisfacción de los
espectadores y, suponemos, que del cernícalo.
Descendimos del cerro por otro
camino que baja casi directamente a la urbanización de Calaceite, la
atravesamos y llegamos a los coches con tiempo de tomar un aperitivo antes de
la comida.
El aperitivo fue en el Chiki, muy
cerca del restaurante Pippo en Algarrobo-Costa. Tomamos nuestros vinos,
cervezas y vermuts acompañados de ensaladilla rusa, gambas rebozadas y
berenjena con miel de caña, y ya, con el apetito parcialmente apaciguado, nos
acercamos al Pippo donde nos esperaban los comensales no andarines: Lucía,
Ester y Manuel.
Tomamos el menú especial. Al
decir del personal con entera satisfacción, los de la carne y los del pescado,
los del coctel de marisco, los de la sopa y los de la ensalada. Regamos las
viandas con unas botellitas de Rioja. Quedamos satisfechísimos, Lucía. Felicidades
por la elección del restaurante.
Sólo nos queda esperar al lejano
primer miércoles de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario