PARTICIPANTES: Paco H, Antonio U, Antonio S y Manuel D.
RECORRIDO: 22 km con desnivel acumulado de 1.250 m.
La ruta prevista para hoy era la ascensión al cerro Lucero
desde el Puerto del Collado.
Desayunamos en el bar de Carlos de la Caleta y comentamos
que el día no era bueno pero que había que tirar para adelante.
Llegamos al Puerto del Collado y al bajar del coche, el
fuerte viento nos cerro la puerta para que no saliéramos, era el primer aviso
de lo que se avecinaba. Pasaron en aquel momento dos mujeres caminando en
dirección a la Casa de la Mina, luchando con el viento, pero muy decididas a
seguir.
Nosotros salimos en dirección al cerro Gavilán, por el
carril, para ir un poco protegidos del viento. El fuerte viento lo encontrábamos
al cruzar los collados y perder la protección de los cerros, en el collado de Cavila
nos metimos por la vereda de las Ventas y fuimos protegidos de los fuertes
vientos. En el barranco de los Pradillos tiramos hacia el collado de las Flores
y luego seguimos hacia el Lucero por el collado del Hornillo para hacer la ruta
circular.
El viento seguía arreciando, pero no nos amilanaba,
ascendimos el collado del Hornillo y continuamos bordeando los barrancos hasta
enlazar con la senda de la cresta de los Civiles. En esta zona ya se notaba el
viento mas fuerte y sabíamos que al llegar al Puerto Llano nos recibiría con más
fuerza. Nos preparamos y seguimos hacia arriba, al llegar a la senda del Lucero
el viento era tan fuerte que nos empujaba hacia el barranco, era un viento
gélido acompañado de granizo. Ante esta situación nos despedimos del Lucero y
tiramos hacia el collado de la Perdiz para salir de esa zona tan ventosa.
Intente sacar una foto para inmortalizar la situación y se me quedaron las
manos heladas.
Al llegar al collado de la Perdiz, el viento no era tan
fuerte, porque estábamos protegidos por los cerros de Catite a un lado y el
cerro de la Mora al otro lado, nos volvimos para despedirnos del Lucero, hoy las
condiciones climatológicas no eran las mas apropiadas para subirlo, en otra
ocasión será.
Iniciamos la bajada a buen ritmo hacia la fuente Barrera,
seguía nevando, llegamos a la cantera y encontramos una caseta sin puerta, nos
metimos dentro y pudimos comer sin mojarnos, pero con frío. Dimos cuenta de la
comida y el vino, con rapidez y nos lanzamos de nuevo a la calle para continuar
luchando con el viento.
Según íbamos bajando disminuía el frío y el viento, llegamos
al puerto Blanquillo y nos metimos hacia la vereda de las Ventas para regresar
al coche.
Fue un día complicado, pero la montaña es así, a veces nos
pone a prueba para que disfrutemos mas los días de buen tiempo.
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