Participantes: Ángel, Pili, Paco Ponferrada, Lola, Rafa, Manolo, Paco Hernando, Carlos, Miguel, Lily, Victoria, Ricardo, Antonio de Fornes y Jesús.
Desnivel acumulado: 245 m
Desayuno en el Fogón de las
Nieves. 13 buenos desayunos, 48€. Hay sitios más baratos, pero este no está mal
habida cuenta de las dimensiones de pitufos y molletes, y del jamón que algunos
sibaritas le meten.
Jesús tuvo la deferencia de invitarnos a desayunar por su cumpleaños y recibió cálidas felicitaciones.
Hoy se preveía una ruta cortita y
con escaso desnivel, como ha salido al final. Se trataba de recorrer los
pinsapares de Istán y Monda para una ruta final del libro de las sierras
Blanca, Canucha y monte de Bornoque. El pinsapar de Monda lo hemos visto en la
distancia porque está en una finca privada, vallada, cerrada, sin posibilidad
de acceso al público. Y este pequeño detalle ha reducido la ruta prevista.
No obstante, el corto recorrido y
pequeño ascenso de los datos de la ruta son engañosos. La ruta no ha sido un
camino de rosas porque Ángel nos ha metido por el pinsapar de la Umbría de las
Cañas por medio del bosque, con unas pendientes casi insalvables, luchando con
el desnivel y la vegetación. Allí nos hemos ganado la comida.
Hemos partido de Puerto Verde
entrando en el pinsapar de la Umbría de las Cañas por la senda del antiguo
camino de Istán a Tolox, ya conocido de otras veces, con las acostumbradas
paradas para contemplar alcornoques y pinsapos. Pero esa ruta placentera por la
senda ha durado poco porque enseguida Ángel nos ha metido por una veredilla de
corcheros y luego monte a través, en dirección oeste, entre la abigarrada
vegetación y la empinada ladera. Caminábamos a paso de tortuga porque el
entorno no permitía otra cosa y aun así ha habido más de un culetazo.
Cuando llevábamos un buen rato de
penalidades Ángel ha encontrado otra veredilla de corcheros que nos parecía una
autopista después de lo pasado. Por esa veredilla hemos salido al carril y ya
todo ha sido coser y cantar. La nota jocosa de la jornada la han puesto los
Pacos y Ricardo encaramándose a un alcornoque enorme y haciendo allí una serie
de cabriolas. Afortunadamente han bajado por su pie, ilesos, y todos contentos
hemos reanudado el ascenso por el carril.
Otras veces hemos parado en los
puertos de Zarzalones Bajo y Alto. Hoy no. Hemos pasado por ellos siguiendo la
ruta hacia el puerto del Capitán, en lo alto de la loma, desde donde hemos
entrado al pinsapar de la Umbría del Capitán. Sorprendente pinsapar. Si en la
Umbría de las Cañas se ven muchos pinsapos jóvenes aquí tapizan totalmente el
suelo. ¡Qué cantidad de pinsapos de entre 2 y 3 m de altura por debajo de los
grandes!
Claramente se veía la tala de
pinsapos que hacen los corcheros alrededor de los alcornoques y para aumentar
el espacio de la senda por donde sacan el corcho. Pero esa tala hace poca mella
en la multitud de pinsapos jóvenes que allí hay.
Hemos dado con un enorme pinsapo
caído hace tiempo y de él Ángel ha elegido varias ramas para sus trabajos de
talla de la madera. Con esa carga y algunas raíces y troncos de madroño hemos
salido del pinsapar al puerto del Capitán.
La faena del día la teníamos
hecha puesto que, al pinsapar de Monda, en la umbría de la Sepultura, no
podíamos entrar. Hemos elegido la sombra de un gran alcornoque para sentarnos a
comer haciendo un gran rolde, y hemos asistido al espectáculo de las comidas de
la Vinoteca con aperitivos, verduras y carnes sin cuento. Después los quesos,
la tarta de manzana de Victoria, los tés y orujos. Todo ello aderezado con
animada conversación y 6 botellitas de vino de Ribera, Rioja, Murcia, Aragón y
Castilla-León.
Hemos tenido problemas para
levantarnos después de la pantagruélica comida, pero con perseverancia lo hemos
conseguido y nos hemos puesto a caminar para salvar los 2 km escasos que nos
quedaban a los coches.
Estas buenas comidas son la base
para preparar otras. Eso ha sucedido hoy porque Ángel se ha ofrecido a cocinar
un arroz y con gusto hemos aceptado. Si Dios no lo remedia, esperamos que no,
el miércoles 29 será el día del arroz.
Día para caminar en manga corta,
buscando la sombra, sin viento y con un sol resplandeciente. La tierra muy
seca. Necesitamos lluvia.
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