Participantes: Manuel de Rincón,
Paco Hernando, Manolo, Victoria, Antonio de Fornes, Antonio Usieto y Jesús
Distancia recorrida: 11,6 km
Desnivel acumulado: 560 m
Desayuno en El Cruce. Aceptable a 3 €.
Hace tiempo que tenemos previsto
unir el mirador de los Pozuelos con el collado de la Laja atravesando el cerro
da la Lastra del Pino. Lo intentamos una vez el 12 de enero de 2022, pero la
densa niebla nos hizo desistir de la exploración de la Lastra del Pino. Hoy
hemos vuelto con la misma intención, aunque tomando la Lastra del Pino subiendo
desde los Pozuelos al collado de la Laja. Como el año pasado hoy también
predecían un poco de lluvia hasta las 13h.
Salimos de Canillas dando las 9
en el reloj de la torre justo cuando comenzábamos el sendero de la acequia, con
una mañana nublada, con el viento en calma y temperatura fresquita, pero
agradable. En las cuestas de la acequia comenzó una llovizna suave. Sacamos los
impermeables y continuamos con algún comentario ácido de Victoria que ayer
había avisado del riesgo de lluvia. Al llegar al borde del barranco del
Saltillo divisamos el cerro de la Lastra del Pino, nuestro objetivo.
Acompañados de la llovizna
bajamos hacia el puente, lo atravesamos y comenzamos la subida hacia Sedella.
Alrededor del puente siempre encontramos alguna mejora. Hoy han sido las
escaleras de bajada, notablemente más asentadas, y unos gaviones para sujetar
la senda en la salida del Saltillo por la parte de Sedella.
La llovizna continuaba mientras
subíamos hacia los Pozuelos; al llegar a ellos hay una casetilla de obra, quizá
de los cazadores, porque en esa zona araron y sembraron cereal para atraer a
las perdices. El personal aprovechó la casetilla para beber agua, cambiarse y
charlar protegidos de la lluvia. Cuando nos decidimos a salir la niebla había
subido y cubría todo el cerro de la Lastra del Pino. En esas condiciones no nos
atrevimos a entrar en él. Con gran pesar de algunos y regocijo de otros
decidimos dar la vuelta. La niebla había abortado el segundo intento de hollar
la Lastra del Pino.
Bajamos por la senda de la Hoya
de los Lobillos en vez de por el cortafuegos, con muy poca llovizna aunque con
niebla, con el semblante alegre de algunos y el triste de otros.
Cuando llegamos a la casa aislada
sobre el borde de los tajos hacia el Saltillo, la niebla comenzó a levantar.
Después del almendral a continuación de la casa tomamos la loma al este para
acercarnos a la carretera. A la carretera llegamos, pero teniendo un gran talud
para descender a ella. Continuamos sobre el talud al sur por encima de la
carretera sin encontrar descenso factible. Ya habíamos decidido dar la vuelta
para tomar un carrilillo hacia el norte cuando Paco dijo que por allí se podía
bajar; bajó y detrás de él los demás.
En el puerto de Sedella dejamos
la carretera para entrar en el tramo antiguo de la Gran Senda de Málaga, bajar
al río Almanchares, cruzarlo, e iniciar la subida por el carril. Jesús cometió
el error de apresurarse a salir a la carretera en vez de haber continuado por
el carril. Eso conllevó hacer un trozo de la carretera que habíamos querido
evitar.
Sobre la una entramos al bar
Andalucía para saludar a Antonio, el dueño, amigo de Miguel Ángel y Perpetua.
Las chicas que llevan el bar nos informaron que Antonio lo dejó en agosto.
Además de por saludar a Antonio habíamos entrado para tomar un aperitivo. Con
el primer vino o cerveza nos pusieron medio huevo relleno, con el segundo
trocitos de pollo rebozado y le pedimos también un plato de morcilla y otro de
chorizo. Salimos del bar tan contentos, sin lluvia y comenzando a asomar un
límpido cielo azul.
Día pasado por agua en el que no
alcanzamos el objetivo propuesto, pero en el que reinó la camaradería y la
alegría en todo el trayecto a pesar de la lluvia.
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