viernes, 18 de noviembre de 2022

JUEVES 17 DE NOVIEMBRE: SUBIDA AL GRAJO DESDE CASARABONELA

 

Participantes: Pili y Paco Ponferrada, Lily, Paco Hernando, Manolo y Jesús

Recorrido: 15,5 km con desnivel de 920 m.

Habíamos previsto el desayuno en la cafetería-pastelería Bonela, la de siempre. Estaba cerrada. Paco y Pili encontraron un bar en la plaza del Ayuntamiento donde una pareja de nuestra edad, muy amables, nos prepararon cafés, molletes, aceite, lomo en manteca y tejeringos. Salimos redondicos. Incomparablemente mejor que la Bonela. Además, Manolo tuvo a bien invitarnos por su reciente cumpleaños. MUCHAS GRACIAS MANOLO Y QUE CELEBREMOS TU CUMPLEAÑOS MUCHAS VECES.

Llevamos decenas de años pateando las sierras malagueñas y todavía guardan rincones inexplorados. Hemos subido al Grajo muchas veces, pero Paco Hernando y Jesús nunca lo habían hecho desde Casarabonela.

Partimos del aparcamiento de Casarabonela hacia Puerto Martínez en una mañana parcialmente nubosa, con un poco de viento y muy buena temperatura para ser mediados de noviembre: todos de manga corta.

La senda a Puerto Martínez, la que llaman “calzada romana” estaba con señales para alguna carrera de montaña, limpia, con su magnífico empedrado. Es una vereda muy amplia con las cunetas y vierteaguas cuidados, hecha a conciencia. No sería de extrañar que fuese romana. Este tramo del recorrido es especialmente bonito porque se tiene el contraste de la vegetación de pinos y matorral de la montaña con la blancura de Casarabonela y las verdes parcelas de cultivo del valle del arroyo de Casarabonela. Tuvimos además la suerte de que un águila revoloteó sobre nosotros para ir a posarse en un pino cercano. Un bonito e infrecuente espectáculo.

Desde Puerto Martínez teníamos tracks que indicaban el recorrido a Alcaparaín tanto por el oeste como por el este. Ambas sendas se unían a media ladera para ir juntas al pico. Tomamos la del este, la de la derecha, siguiendo la Gran Senda de Málaga y el PR-A 271 de Puerto Martínez a Alcaparaín. Esta senda sigue siendo muy amplia, con buen piso y ligera subida hasta el cruce donde se desvía a la izquierda el PR y nosotros con él abandonamos la Gran Senda.

Sube ahora la senda con un poco más de inclinación, muy uniforme, y manteniendo el buen piso por el pinar de pino carrasco hasta encontrar a la que de Puerto Martínez va por el oeste. Por ella pensábamos bajar.

Caminábamos a buen paso, sin esforzarnos, charlando y asombrándonos de la bien trazada y limpia senda cuando encontramos a un par de operarios que estaban poniendo las cintas indicadoras para la carrera de montaña. Iba a ser el sábado 19 y allí estaban sacando la carrera de la vereda para darle un poco más de emoción y dureza. Ellos nos indicaron que la carrera subía por la ladera detrás de la cresta siguiente.

En la cresta se ven con claridad las sendas que cortan la ladera este de Alcaparaín. Todas estas sendas se hicieron para la repoblación forestal. A fe que trabajaron, y muy bien, para trazar tantísimos caminos. Llegamos al cruce donde la senda de la carrera se unía a la nuestra para subir al pico del Grajo y pensamos que ya decidiríamos después, al regreso, si tomábamos o no esa alternativa desconocida.

El pico se nos mostraba a veces despejado y la mayor parte del tiempo con su cucurucho de niebla. Nos adentramos en un tramo precioso, muy agreste, con peñascales y tajos por doquier, tramo que la senda salva a base de albarradas para sujetarla. Desde este tramo hay unas vistas espectaculares de Sierra Prieta y de Casarabonela allá abajo contrastando con los cercanos tajos. Además, la luz acompañaba para hacer las fotos, sin sol pero con mucha luminosidad.

 Al llegar bajo el pico la senda se divide. Un ramal, la senda verdadera, sigue al oeste a unirse con la que traemos otras veces del llano de Alcaparaín. El otro ramal va al norte, hacia el pico, por una cañada. Tomamos este ramal. Se trata de una senda de montañero, mala, pero que estaba adecentada y señalada para la carrera. Aún así todos pensamos que esa subida era mucho mejor que el último tramo al Grajo cuando subimos desde el llano de Alcaparaín.

En el pico estuvimos lo justo para hacer unas fotos. El viento soplaba de lo lindo, hacía fresco y la niebla nos impedía disfrutar de las vistas.

Por la senda de subida descendimos hasta el cruce con la senda del este. Decidimos explorarla porque estaba limpia y señalizada ¿qué mejor ocasión? Tomamos la sendita descendiendo. Es una sendita de huella reducida, de mucho menor rango que la de subida. En un punto se une a ella otra que viene del sur para ir ambas al norte, llaneando. La carrera estaba señalizada hacia el sur y por ella seguimos, cruzamos una cresta para entrar en un tupido pinar por el que, zigzagueando, siempre en dirección sur, nos llevó a la Gran Senda de Málaga.

Bajo el hermoso pino de la unión de las sendas almorzamos. Se prepararon los aperitivos con tranquilidad y hubo de todo, chacina de León, tocinillo ibérico, almendras, tomate, pasado con cervezas frescas. Salieron después calabaza, croquetas, caballa, tortilla, lomo tierno… en ese restaurante con excelentes vistas al puerto de los Pescadores, al mar y al valle del Guadalhorce. De postre uva, té y orujo. Tomamos una botella de vino extremeño y media de otra del Bierzo. Charla poscomida antes de levantarnos para proseguir la ruta.

Otra vez disfrutamos de las panorámicas en la calzada romana, esta vez sin águila. Al lado del aparcamiento terminamos el día con unos refrescos antes de tomar los coches y regresar. Excelente día, excelente ruta y excelente compañía.

Subiendo por la calzada romana

El águila vigilante

En el Puerto Martínez


El Grajo con niebla
Al fondo Casarabonela

Llegando al Grajo
El Vértice Geodésico del Grajo (Valdivia) 1290 m



Las sierras Prieta y Blanquilla



Carratraca y el Huma

Bajando por la senda del este


Los vinos
El restaurante
De nuevo en Puerto Martínez
La sierra de Cártama
De regreso a Casarabonela




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