Participantes: Fini, Antonio Muñoz, Carlos, Juan, Manolo, Antonio de Fornes, Antonio Usieto y Jesús.
Distancia recorrida: 14 km
Desnivel acumulado: 560 m
Desayuno en la gasolinera de
Beas, con los pitufos o medias chapatas que se quedan un poco cortas.
Bienvenido Juan, ya nos conoces y
estaremos para cuando quieras.
El Darro es un río humilde, con
poco caudal, pero muy significativo para Granada porque ha alimentado a la
Alhambra y al Albaicín. La ruta de hoy trata de visitar el embudo donde nace y
algunos hitos adicionales como la casa forestal de Bolones, las trincheras del
Maúllo y la cueva del Gato.
Partimos de la casa forestal de
los Peñoncillos por la pista que va al oeste. Esta pista se diseñó para pasar
por Bolones y terminar al lado de Huétor Santillán. Nunca se concluyó, sino que
algo más allá de Bolones, en el barranco que baja frente al cerro de Fuente
Fría, se terminó y termina actualmente continuándose con una senda. La pista
era de primer orden porque está empedrada y jalonada por cipreses y falsas
acacias.
La pista a Bolones va primero
llana y luego ligeramente descendente, entre un bonito bosque de pino, resinero
en su mayoría, por la zona llamada Umbría de Bolones, con el barranco de las
Tejoneras abajo, a la derecha.
La casa forestal de Bolones es
una muy bonita construcción, muy simétrica, con una torrecilla a cada lado,
situada en un cerrillo con unas excelentes vistas. Hoy está cerrada y sin uso.
Desde Bolones, aprovechando los claros de los árboles, se divisa hacia el norte
todo el nacimiento del Darro, nuestra ruta. Debajo del cerrillo el barranco de
las Tejoneras que junto con el barranco de Polvorite son las dos principales
arterias que surten al Darro. Además, hacia la izquierda, también se ven los
barrancos de la Cuna y de la Umbría que bajan al Darro desde el oeste, desde la
cordillerita de la sierra de Alfacar y Víznar.
Seguimos por la pista al oeste,
dejamos a la izquierda el pozo de Bolones y un poco más adelante la balsa de
Bolones que está junto a un bosquete de secuoyas. Por enfrente del peñón de
Víznar dejamos la pista por una sendita a la derecha que desciende al río
Darro. Justo antes de llegar al cauce desemboca en otra senda más marcada que
va recorriendo la margen izquierda del cauce. Tomamos esa senda a la izquierda,
aguas abajo para llegar enseguida al depósito de toma del agua de Huétor
Santillán y a la Fuente Fría, nacimiento que viene a engrosar el caudal del
Darro.
Al nacimiento de Fuente Fría
bajaba desde el oeste, desde el collado de Fuente Fría, una senda por el
barranco de Fuente Fría. Esta senda está cegada por la maleza y hoy, para subir
al collado de Fuente Fría, nuestro próximo objetivo, hay que trepar por una
agreste zona de roquedos. Despacio, con cuidado, se sobrepasa la primera parte,
la más vertical y se llega a una senda que, aunque ascendente, tiene buen piso
y sin más problemas, a la sombra del pinar, sube al collado de Fuente Fría.
Del collado tomamos al sur,
izquierda, por una excelente senda, para subir al cerro de Fuente Fría, 1323 m,
donde están las enormes trincheras llamadas del Maúllo, porque se dice que los
soldados tenían como contraseña el maullido del gato montés. Son unas tremendas
trincheras hechas de mampostería y recorren todo el perímetro de la cima del
cerro.
Del cerro de Fuente Fría bajamos
al collado de Fuente Fría, donde hicimos la paradita del Ángelus, para salir a
la pista de Puerto Lobo que tomamos a la derecha, hacia la Alfaguara.
Casi al llegar al cauce del
barranco de la Umbría dejamos la pista por un atajo a la derecha que cruza el
barranco de la Umbría y sube al carril forestal de la Cueva del Gato. Bien por
el carril, bien por el bosque sobre el carril llegamos a un colladito donde
parte a la izquierda una senda hasta el cauce del barranco de la Cueva del
Gato. Aquí también hubiésemos llegado por el carril, pero dando una vuelta muy
grande. Del cauce del barranco está indicada la senda para subir a la cercana
cueva del Gato.
La cueva está precedida por unos
bancalillos cultivados en su tiempo o utilizados como corrales. Es una gran
oquedad que tuvo puerta en su tiempo, y que conserva muchas señales de
estalagmitas. Estuvo dividida por un muro y debió haberse utilizado durante
mucho tiempo a juzgar por la negrura del hollín que queda en el techo.
De la cueva tornamos al carril
para continuar por él hacia la fuente de la Teja. Como la fuente ya la
visitamos en otro recorrido no llegamos a ella, sino que tomamos una sendita a
la derecha que baja atajando, paralela al carril, hasta el cauce del Dílar
donde desemboca el barranco de los Mármoles
No hay comentarios:
Publicar un comentario