jueves, 23 de mayo de 2024

MIÉRCOLES 22 DE MAYO 2024: CAÑADA DE LAS ENCINAS. MARBELLA

 Participantes: Dolores, Pilar, María Jesús, Ángel, Lily, Paco Zambrana, Manolo, Miguel González, Antonio Usieto, Antonio de Fornes, Manu y Jesús.

Distancia recorrida: 6 km

Desnivel acumulado: 410 m

Bienvenido Manu después de tanto tiempo que no caminábamos por el sur.

El recorrido que teníamos por la cañada de las Encinas era subir y bajar por el mismo sendero. Dolores, con las componentes de Mujeres en las Veredas, han trazado y limpiado en parte una senda que partiendo de la senda tradicional sube por la ladera oeste de la loma de la Plana, pasa por la mina Abundancia, por la cresta del Polvorín para terminar en la hoya de las Encinas, donde retoma la senda tradicional. Dolores nos invitó a conocer ese recorrido y a ello nos dispusimos hoy.

Para evitar el atasco matutino de la circunvalación de Málaga salimos de Torre del Mar a las 8, ya desayunados. Hemos evitado el atasco malagueño y poco más de las 9 llegábamos al pinar de Nagüeles, punto de partida de la excursión. Allí estaban Ángel, Dolores y Pilar, y María Jesús ha venido mientras nos saludábamos.

Hemos salido por el pinar de Nagüeles hacia el norte, por una de las múltiples senditas que salen del aparcamiento y que confluyen en el carril principal por donde va la Gran Senda de Málaga. Hemos dejado más arriba la Gran Senda de Málaga para tomar la de la Cañada de las Encinas, la tradicional que va hasta la hoya de las Encinas, y ésta también la hemos abandonado por otra a la derecha donde principiaba el recorrido novedoso.

La senda baja al arroyo de las Piedras y sube por él. La primera parada ha sido en una calera que está parcialmente limpiada y que Mujeres en las Veredas quiere recuperar. Ángel nos ha explicado cómo se construían las caleras y qué elementos esenciales tienen. Incluso se ha ofrecido para colaborar con Mujeres en las Veredas en la recuperación de la calera.

Poco más arriba de la calera la senda abandona el lecho del arroyo y comienza a subir por la ladera de la loma de la Plana que, aunque con matorral y arbolillos, no nos protegía del sol. Hemos comenzado a sudar en esa ascensión. En una paradita Ángel nos ha explicado que la bolina y el esparto hay que cortarlos para que rebroten con fuerza y no mueran, y la siguiente parada ha sido en la cata minera que hay al lado de esa senda por debajo de las casas de los Mineros. Gran agujero abrieron para abandonarlo sin fruto. Y poco más arriba hemos llegado a la mina que están recuperando.

Hemos estado un buen rato recorriendo la mina y atendiendo las explicaciones de Dolores que nos ha contado su manera de trabajar y lo que la mina les iba enseñando. A la salida hemos hecho el Ángelus en la explanada de la puerta de la mina.

De la mina a la cercana cresta rocosa donde quedan las paredes de una pequeña construcción que se empleaba como polvorín. Desde él la vista de la Concha es magnífica, junto al gran cerro del Grajo.

Venía la parte más dificultosa de la jornada porque de ahí en adelante la senda está por limpiarse. Hemos subido unos 40 m por la cresta del polvorín para después llanear y descender al cauce del arroyo de las Piedras, muy despacio, luchando con los desniveles y con el matorral que, afortunadamente, era de romero, sabina, algarrobo y encina, no de erguén.

Justo por debajo de la confluencia del regajo de los Pepinos con el arroyo de las Piedras hemos dado con la senda tradicional en la hoya de las Encinas. En esta parte la senda va casi llana y hemos respirado con tranquilidad al haber superado con éxito el tramo desde el Polvorín.

Quedaba por pasar el tramo del Tranco de las Encinas donde la senda desciende abruptamente y el piso es de piedrecillas resbaladizas. Ha habido más de un resbalón y algún culetazo que en el argot de por aquí se traduce como que fulano o mengana ha comprado un terrenillo, el trozo del culetazo.

Se ha visitado la entrada a la mina de los Caserones y la casa del Capataz con sendos desvíos de la senda principal hacia el oeste. Un desvío hacia el este nos ha llevado a cruzar el cauce del arroyo de las Piedras para llegar a la entrada de la mina Buenavista, la mina más importante del entorno, con la bocamina de obra y una gran galería que se prolonga al menos 300 m. Estaba con agua, casi siempre la tiene, y no nos hemos adentrado en ella. Por hoy teníamos cubierto el cupo de las minas.

En la Fundición hemos parado a almorzar con cervecita fresca para comenzar, aperitivos de chacina, jamón del bueno, lomo, zanahoria y humus. Han llegado después unas ricas patatas, ensalada, tortilla de espárragos y judía verde. Después las carnes de filetillos tiernos y solomillo con ajos, y luego los quesos. De postre melón y almendras garrapiñadas. Para beber tres botellas de vino, rosado fresquito de Ribera y tintos de Rioja y del Bierzo. Hemos terminado con un vasito de té con orujo de León.

Después de una larga sobremesa hemos continuado el descenso por la senda tradicional y, por variar, hemos bajado al cauce del arroyo para visitar lo que queda del polvorín de la cantera donde hoy está el Auditorio, la cantera que sirvió para la construcción de Puerto Banús.

Bonito recorrido y excelente compañía. Para repetir en cualquier momento.



Ángel dando explicaciones de la construcción de la calera



La primera mina




Entrada a la mina que están recuperando



El polvorín de las minas

La Concha








La mina 3



Los caserones

Entrada a la mina Buenavista
El horno de fundición



La cueva

El clásico arte efímero








 

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