Pinarillo – Cielo – Civila – Pinarillo. 30-1-13
Participantes:
Paco, Mª Victoria, Antonio y Jesús
Distancia
recorrida: 16 km
Desnivel
acumulado: 1300 m
El
grupo de los jubilados está diezmado: Pepe operado en Málaga, Juan con una pata
tiesa en su casa y Manuel con la boca a vueltas. Nada grave para ninguno de los
tres, afortunadamente, solo que estas bajas restan afluencia a las excursiones.
Restan afluencia pero no ilusión porque los que fuimos la teníamos por nosotros
y por los que faltaban.
Desayuno
en la gasolinera de Nerja, cómodos y bien servidos.
Partimos
del Pinarillo hacia el Cielo sobre las 8.30 con una mañana serena, fresquita,
sin viento ni nubes que auguraba un día excelente. En la curva del carril
entramos en el barranco de Cazadores y luego en el de la Higuera; sobre
nosotros el pico del Cielo, nuestra meta. El barranco de la Higuera es incómodo
por los agujeros que el agua ha hecho y por la maleza que dificulta el avance,
así que recibimos con gusto los hitos de piedras anunciando el fin del barranco
y comienzo de la cuesta de la Medialuna. La cuesta merece respeto. Se inicia
con buen ánimo pero no se termina nunca, siempre tienes encima de la cabeza el
cerro que parece inalcanzable. Solo lo parece, porque lo alcanzamos y
continuamos más allá teniendo ya al Cielo sobre nosotros.
En
la misma senda, poco antes de atravesar la cañada que baja del Cielo, hay un
hito de piedras y una sendita de montañeros. Por ella nos metimos y siguiendo
los abundantes hitos alcanzamos una crestecilla primero y luego la base del
pico; allí perdimos los hitos que se recuperan yendo hacia la derecha a buscar
la senda que sube desde la Civila.
Llegamos
al Cielo en menos de 3 horas y nos dimos el premio de un largo y ameno Ángelus.
Luego nos solazamos con las preciosas vistas hacia Sierra Nevada, La Herradura, Nerja y La Maroma. En días como
el que elegimos, con el viento en calma, es un placer disfrutar de esas
maravillosas vistas. Sin duda hay que visitar el Cielo de vez en cuando.
Bajamos
hacia la Civila y como íbamos muy bien de tiempo decidimos acercarnos a la
fuente. Ya íbamos en dirección hacia el horrible edificio nuevo y nos dieron el
alto. Resulto ser Paco Aguilar que nos explicó que había habido una acampada de
jipis y estaba allí de vigilancia. Nos acompañó a la fuente y luego marchó con
su todoterreno.
En
el arroyo del Romero paramos a almorzar y salió un menú “hortícola”: tortilla,
habas, judías verdes y tomate más un ajo-bacalao muy bueno con la marca de la
casa de Paco. Con el estómago lleno atacamos despacio el carril y la senda que
sube al puerto que da vistas al barranco de Cazadores. Sin prisa pero sin pausa
coronamos el puertecillo y luego descendimos al barranco y al Pinarillo. En
esta última parte hay que señalar la vista tan bonita que hay del inicio del
barranco de Cazadores, que se tiene justo enfrente mientras se desciende.
Día
excelente, cumpliendo la previsión meteorológica, hasta el punto que buscamos
la sombra a la hora de sentarnos a almorzar. Algunas orquídeas, ajos y Citisus
ya en flor en la parte baja del recorrido, pero falta aún para que la primavera
llegue a la zona más alta.
Antonio, Paco y M Victoria en el Cerro de la Medialuna
M Victoria, Antonio (escondido) y Paco en el Cielo
La Herradura desde el Cielo
Valle de Cazadores
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