Chamizo-Camarolos. 5-12-12
Participantes:
Antonio Ucieto, Paco Hernando, Manuel de Nerja, Jesús.
Distancia
recorrida: 14,5 km.
Desnivel
acumulado: 820 m.
Desayuno
en Alfarnate, en casa de la señora Teresa. Cafés a 1 euro y aceite servido a
voluntad de una garrafa de 5 L., gratis. Este sigue siendo el bar de nuestra
amiga la señora Teresa.
Llevábamos
varias semanas queriendo ir al Chamizo, pero una por ir a Sierra Nevada y otra
por los castañares del Genal, se ha ido retrasando. Hoy le tocaba ya.
Desde
Alfarnate se veía el Chamizo con una enorme nube encima que no auguraba nada
bueno. Dudas sobre adónde ir: Vilo, Doña Ana y Gomer, Tres Mogotes…Finalmente,
después de desayunar, Antonio arrancó el coche en dirección a la antigua
carretera Málaga-Granada y allí decidimos que quizá el león no fuera tan fiero
como aparecía y que veníamos por el Chamizo, así que para arriba.
Arrancamos
por el carril con 6ºC y un viento fuerte, con agua escurriendo por todos los
regatos y los campos empapaditos. Había caído algo de lluvia la noche anterior.
Evitamos acercarnos al redil del pastor pendenciero y, aunque dando algún
rodeo, respetamos el carril de subida. Al llegar a la división hacia el Chamizo
y hacia el puerto de los Perdigones decidimos que el Chamizo con niebla y con
las piedras mojadas era un tanto peligroso y echamos para los Perdigones.
Poco
más arriba de donde termina el carril entramos en la niebla que queríamos
evitar. Llegamos al puerto de los Perdigones con niebla, con viento y 1,4ºC.
Proseguimos en dirección Oeste hacia el puerto en la base del Chamizo y
llegamos a él en las mismas condiciones y a 1,3ºC. No se veía a dos palmos y el
vendaval nos tiraba. La gorra de Manuel salió volando y hubo que correr para
alcanzarla. Pero no nos arredramos y seguimos hacia el “torcalito”. Antes de
llegar a él no topamos con una manada de caballos gordos y lustrosos. La
llanura que precede al torcalito estaba empapada de agua y en algunos sitios
con pequeñas lagunitas, todo verde, como si fuera la cornisa Cantábrica, pero
con un frío que nos atería.
Al
llegar al torcalito, nuevo conciliábulo. ¿Seguimos? ¿Volvemos? Manuel sugirió
seguir un poco más. Y allá fuimos siguiendo las sendas del ganado y un “track”
que Manuel se había bajado de internet. Después de múltiples equivocaciones y
de saltar y trepar por ese enrevesado lapiaz llegamos a la cresta que lleva al
Rodadero. Niebla, viento y frío seguían en sus trece, y allí decidimos que ya
habíamos sufrido bastante por hoy, que veníamos a la sierra a disfrutar, no a
padecer esas inclemencias.
Dimos
la vuelta siguiendo fielmente la ruta de venida que marcaban los GPS,
procurando ir los cuatro juntos, sin separarnos, porque no se veía a dos
palmos. Desandamos el torcalito, llegamos a la llanura, volvimos a visitar a
nuestros amigos los caballos y llegamos al puerto bajo el Chamizo y al de los
Perdigones en parecidas condiciones: la temperatura había mejorado un poco,
1,7ºC, pero el vendaval y la niebla seguían igual.
Poco
antes de llegar al comienzo del carril dejamos atrás la niebla pero no el
viento ni el frío. Nuevas deliberaciones. Ahora sobre si almorzar tomando unas
tapas en el bar de Teresa, de si bajar a la costa y buscar un carasol calentito…Un
roquedo cercano al carril estaba orientado al Sur y decidimos acercarnos por si
nos protegía del viento. Llegamos, nos gustó y ese fue nuestro restaurante, junto
a una poderosa encina.
El
almuerzo tan variado como siempre: chorizo, cecina, almendras, pollo, ropa
vieja, fruta, bombones. Y nuestros vinos del Somontano y Rioja, con un poco de
“colutorio” para mantener la boca debidamente protegida de infecciones.
Antes
de las 3 estábamos en el coche. El Chamizo seguía con su corona de nubes y nos
imaginamos que con el mismo viento y frío. Como somos cabezones seguiremos
intentando la subida al Chamizo. No se va
a librar de nosotros por un vendaval, niebla y frío. Ya caerá. Hay más
días que ollas.
ADMIRANDO EL PAISAJE ANTES DE TAPARLO LAS NUBES
FRAILE, GOMER Y EN MEDIO EL PANTANO DE LA VIÑUELA
ADMIRANDO LOS FRUTOS DEL MAJUELO
FANTASMAS ENTRE LA NIEBLA
LOS CABALLOS NOS SALUDAN
SALVANDO EL TORCALILLO
RETORNANDO AL INICIO DE LA RUTA
LOS VINOS FRESQUITOS
LA COMIDA AL SOL
LA LLEGADA AL COCHE SOLEADA
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