SIERRA DE HUETOR
Participantes; Fini, Antonio
Muñoz, Lily, Antonio Usieto, Antonio de Fornes, Manolo y Jesús
Distancia recorrida: 15km
Desnivel acumulado: 500 m
Desayuno en la gasolinera de Beas. Buen pan, buena atención, entre 2,5 y 3€
La ruta de los Puntales de la Mora ya se había hecho el año pasado. Antonio descubrió posteriormente una sendita entre el collado del Cigarrón y Florencia que queríamos incorporar al recorrido. Ese era al objetivo sobre el papel, pero en la práctica fue pasar un buen día de montaña caminando por bosques.
Partimos de los llanos de los
Fabianes por el carril que va hacia la Fuente de la Mora, dirección sur y
suroeste, paralelos a la autovía. En este tramo se da uno cuenta de la
contaminación acústica que produce la autovía. Cuando vamos en los coches no
nos enteramos. Y en este tramo tuvimos la suerte de que nos llamara la atención
un fresno con muchas sámaras y muy juntas. Resultó ser un Fraxinus
pensylvanica que no está citado en la provincia de Granada.
El carril que llevábamos va al
cortijo del Chorrillo, deja la autovía para ir al noroeste y enseguida dejamos
el carril por una sendita poco marcada que sale hacia el sur marcada por un
hito de piedras. La senda va primero llana y luego comienza a ascender rodeando
el cerro del Espino, el más oriental de los Puntales de la Mora, para entrar en
el valle de la Fuente de la Mora.
El valle lo forman las laderas de
los cerros del Espino al norte y de los Pollos al sur y conforme entramos en él
la subida se suaviza y el ruido de la autovía se va dejando de oír. Por la
senda baja una tubería de polietileno que, según Antonio, llevaba el agua de la
Fuente de la Mora al quiosco y zona de descanso, llamada de la Fuente de la
Mora también, en la antigua carretera nacional. Hoy esa zona no tiene acceso.
La Fuente de la Mora está
enclavada en una zona llana de su valle que en tiempos fue prados o tierra de
labor. Poco a poco el matorral de rosales y majuelos lo va invadiendo. A pesar
de la sequía la fuente tenía su chorro de agua que alimenta unos abrevaderos
debajo. Un ratito de charla y continuamos valle arriba, por el carrilillo que
viene del collado de los Pollos, atravesando un excelente pinar de pino
salgareño, laricio o negro, con algunos ejemplares de pino silvestre o albar.
Un muy bonito pinar que disfrutamos.
En el collado de los Pollos
tomamos el carril hacia abajo, hacia el collado del Cigarrón, pero como
teníamos tiempo entramos un momento a ver la fuente de Polvorite o del Pino de
las Siete Ramas. También echaba un chorrito esta fuente, aunque no tiene el
espacio para tierras de labor de la Fuente de la Mora. Allí al lado comienza el
barranco de Polvorite y encima tiene el hermoso pino de las Siete Ramas, de ahí
sus nombres.
En el collado del Cigarrón
tomamos la nueva sendita que sale al norte, Antonio Sánchez marcó la entrada
con uno de sus artísticos hitos. La senda va por una crestita al norte o
noreste, por el pinar, descendiendo después a la fuente de Florencia, esta sin
agua. En ella hicimos el Ángelus, tranquilo porque teníamos mucho tiempo, tanto
que Antonio Muñoz propuso ir a los coches y con ellos a comer a Prado Negro.
Como todos íbamos cargados con las repletas mochilas la propuesta tuvo un
recibimiento desigual.
Descendimos al aprisco de
Florencia, también con su fuente y luego al área recreativa de Florencia. Nuevo
intercambio de pareceres sobre dónde comer porque de ahí a los coches había
media hora. Al final se decidió alargar la excursión e ir a almorzar al área de
la Fuente de los Potros. Antonio Muñoz nos guio al cartelón donde estuvo el
cortijo de las Chorreras y a la acequia de Fardes. La acequia, al pie de los
tajos de las Buitreras, Halcones y Garduños, está sombreada por encinas y con
su caudal de agua, una delicia que disfrutamos todos, aunque sobre todo los que
nunca la habían recorrido.
Dejamos la acequia por el sendero
que baja al área recreativa de la Fuente de los Potros y en una mesa a la
sombra se puso nuestro particular restaurante. Comenzamos por chacina, queso y
ensalada de aguacate y kiwi, seguimos con tortilla, caballa escabechada, magro
de cerdo con cebolla y filetillos adobados. Para beber unas cervezas fresquitas
de aperitivo y vinos de Rioja, Mendoza y Bierzo. Sobró una de las botellas de
Rioja. Y para finalizar té de hierbas, orujos y almendras garrapiñadas. Un menú
digno de un restaurante de postín.
De la Fuente de los Potros
salimos por la carretera asfaltada a Alfacar para dejarla pronto por un
carrilillo y senda al norte por la zona de Cortijo Nuevo, donde estaban
haciendo entresaca de pinos, cruzamos el barranco Majalijar y salimos
finalmente al de las Perdices donde tomamos el carril que nos devolvió a los
Fabianes.
Día con más claros que nubes,
para sudar un poco, lo justo, y recibir la brisa fresquita que de vez en cuando
nos alivió en nuestra umbría caminata.
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