Participantes: Fini, Antonio Muñoz, Manolo Titos, Luis, Antonio de Fornes, Antonio Usieto, Lily, Lucía y Jesús.
Distancia recorrida: 11,5 km
Desnivel acumulado: 700 m.
Desayuno en Los Megías, en Güevéjar, buen pan, buen tomate y buen jamón. Del coste nada puedo decir porque Antonio Muñoz nos invitó por su cumpleaños. ¡¡¡FELICIDADES ANTONIO!!! Y muchas gracias.
La ruta, sobre el papel, parecía
de no mucho esfuerzo, 11 km y 700 m, y así la describió Jesús cuando hizo el
llamamiento en el WhatsApp. La realidad fue muy otra. Se trata de una ruta
exigente por la falta de sendas en un tramo del acercamiento a la base del
Peñón, y por la dificultad de ascender y descender de semejante pedrusco.
Partimos de la entrada de
Cogollos Vega por unas calles que suben hacia los peñascos que coronan el
pueblo para luego tomar la pista hacia el cortijo de Carifaquí. En los primeros
compases se camina bajo una serie de tajos muy utilizados por los escaladores
granadinos. Antonio nos fue describiendo las vías y dificultades de las
escaladas en esos tres tajos que forman, en conjunto, el cerro del Cuco.
Dejamos el llano camino para
tomar un carril a la izquierda, por donde van las señales del sendero al Peñón
de la Mata marcadas por el Ayuntamiento de Cogollos, con la incongruencia de un
enorme cartelón avisando “Carril Privado, Prohibido el Paso”.
El carril termina en un portón de
una alambrada, de donde continúa la senda que el carril destrozó. Va la senda a
lo largo del barranco entre los cerros Nevado y Portichuelo, ascendiendo
paulatinamente hasta unos prados donde dejamos el barraco y vamos al oeste a
buscar el carril del Portichuelo, y por él llegamos al puerto del Portichuelo.
En el puerto dejamos el carril
para ir al norte por una sendita señalizada de vez en cuando con postes del
sendero marcado por el Ayuntamiento. Pero según se sube hay que olvidarse de
los postes para continuar campo a través, ascendiendo entre los matorrales,
hacia el puerto de la Cruz, claramente visible. Este tramo es dificultoso.
Además, nos dividimos, unos yendo hacia el puerto de la Cruz y otros siguiendo
los postes indicativos hasta que terminaban sin subir hacia el Peñón; este
grupito apechugó con una empinada subida entre la maleza hasta unirse al grupito
que fue directamente al puerto de la Cruz.
Antes del puerto reaparecen los
postes y la senda que ya se continúa sin mayor dificultad.
En el puerto comienzan las
trincheras. Según nos contó Manolo Titos, la línea del frente entre
republicanos y franquistas se estableció de sur a norte de Granada en 1936,
pasando en el Peñón de la Mata. Esa línea de frente siguió estable y sin apenas
combates en toda la provincia excepto en el Peñón que estuvo en manos
republicanas, conquistado por los franquistas, reconquistado por los
republicanos y machacado por la aviación franquista al final de la guerra. El
Peñón no tenía valor estratégico alguno. Sólo fue el empecinamiento de dos
capitanes, uno en cada bando, de conquistar el Peñón.
Más adelante, al llegar a la base
del Peñón, aparece un refugio de hormigón y en el Peñón hubo instalaciones
militares en cada uno de sus escasos rellanillos.
De la base del Peñón hay un
canuto o valle muy claro en dirección noroeste. Hacia él nos encamino Antonio
ayudándonos a superar tres enormes peñascos en el principio del canuto. Después
se asciende con mucha inclinación, pero relativamente cómodos, hasta el
puertecillo donde acaba el canuto y la tierra. De allí entramos en una sendilla
ascendiendo entre la piedra del Peñón para llegar arriba a una de las dos
cumbres, la que está más al este.
Unas cuantas fotos y a descender
por donde habíamos subido hasta el colladito del final del canuto. Tomamos allí
un descenso por la canal que da al norte, muy tupido de majuelos, muy empinado
y muy resbaladizo. Hubimos de bajar despacio y aún así alguno no nos libramos
de un culetazo.
Giramos al este y ya el descenso
se hizo llevadero hasta el collado del Peñón donde paramos a comer. Teníamos un
día espléndido, con sol, casi sin viento, aunque el que venía era fresquito.
Por eso aprovechamos el abrigo de un promontorio para sentarnos en herradura
mirando a la refulgente Sierra Nevada cargadita de nieve hasta muy abajo.
Después del almuerzo rodeamos el
Peñón en dirección suroeste, por sendita aceptable, hasta girar al sur buscando
el paso entre los cerros Nevado y Pilancones, siguiendo el curso del barranco
del Toril que termina en las agradables praderas del Toril.
Tomamos el carril de Carifaquí al
oeste, descansamos un poquito en el Área Recreativa del río Bermejo y sin más
llegamos a Cogollos al atardecer, cansados por la dureza del recorrido.
Día excelente y ruta bonita, pero
dura, con unas excelentes vistas a la depresión del Cubillas al oeste y a
muchos cerros de la Sierra de Huétor al este.
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