Vegueta del Caracol – Río Vadillo. 21-11-12
Participantes: Antonio Ucieto, Manuel de Nerja, Paco Hernando, Antonio Muñoz, Jesús.
Distancia recorrida: 18 km
Desnivel acumulado: 800 m
Desayuno en la plaza de Güejar Sierra a las 8. Allí nos esperaba Antonio y, cosa rara, desayunó con nosotros la deliciosa chapata tostada con aceite y tomate.
Se había organizado una cacería de jabalíes entre el río San Juan y el Guarnón. La vereda de la Estrella estaba cortada hasta las 3, así que Antonio cambió el plan de recorrido que tenía.
Partimos de la Vegueta del Caracol subiendo por detrás del restaurante, frente a las casas de la eléctrica, por la Cañada Roja, una antigua Cañada que viene desde más allá de la Hoya de San Francisco. Subida muy empinada que nos cortó el resuello nada más comenzar. En los descansitos disfrutamos del paisaje de los castaños otoñales y de los bravíos ríos San Juan y Genil henchidos por las lluvias.
Salimos a la senda de las Fuentezuelas que va desde Maitena al Vadillo y nos dirigimos al Este por encima de los tajos del Portachón, con preciosas vistas sobre la Hortichuela y toda la Dehesa de San Juan con las cumbre nevadas de fondo y el Genil y la vereda de la Estrella allá abajo.
Una división de sendas indica a las Herrerías bien por la cañada del Tejar (la de arriba) bien por la Hoya (la de abajo). Tomamos ésta, cruzamos un par de barrancos con su buen chorro de agua y llegamos al cortijo de la Hoya, totalmente en ruinas pero con un buen arroyo, unos buenos campos de labor y una hermosa era. En esos prados encontramos los primeros champiñones y setas de cardo. Al cortijo llega un carrilillo, ramal del principal que va por la cresta hacia Peña Partida.
No sabemos si por la crisis o porqué, pero en aquel entorno había un montón de coches y de gente buscando setas. Proseguimos hacia el Este, cruzamos puerto Luque, vimos la cascada del Valdecasillas, pero no buscamos el tesoro de Muley Hassan, antepenúltimo rey Nazarí que fue enterrado en estas montañas.
Pronto nos acercamos al barranco Casillas. Enfrente, en el cortijo Casillas, había una preciosa vacada pastando. Cruzamos el barranco y nos acercamos a la vacada y a su hermético joven vaquero. Cruzar el Casillas y los barrancos posteriores no es empresa fácil. Hay que aprovechar en otoño o primavera cuando están las vacas, antes o después de que las suban a la parte alta de la Sierra, porque entonces las vacas y los vaqueros abren pasos entre la maleza. Aún así Antonio colaboró a facilitar el paso con sus tijeras de podar. En otro tiempo no vale la pena intentarlo.
Por unas veredillas que conocen las vacas y Antonio llegamos a dar vistas al cortijo del Vadillo. Había un buen rebaño guardado por unos perros muy gritadores pero que luego, en la comida se hicieron amigos nuestros.
Después de bien comidos y bien bebidos nos dispusimos a cruzar el Vadillo. El cortijo tiene ese nombre porque parece que este es el único lugar donde se puede vadear el río. Venía crecido y aprovechamos un sauce caído como puente para cruzarlo, después de no pocos equilibrios.
La ladera Norte de los Presidiarios estaba resbalosísima y con la senda ciega en muchos sitios. Casi todos no llevamos unos buenos culetazos y gracias a las tijeras de Antonio coronamos como pudimos la cresta. Como recompensa encontramos unos buenos ejemplares de pie azul.
Descendimos al puente del Vadillo, cruzamos el Genil y por la vereda de la Estrella regresamos a la Vegueta del Caracol.
Día precioso de sol, con excelente temperatura. Senda a repetir sobre todo por las preciosas vistas sobre la ladera Norte de la Sierra coronada por los imponentes tresmiles cargados de nieve. Antonio nos amenizó la caminata contando historias de los distintos lugares que atravesamos. Un placer caminar con él.
SUBIENDO POR LA CAÑADA ROJA
AL FONDO LA NIEVE
PAISAJE OTOÑAL
PASANDO EL PUERTO LUQUE
BUSCANDO SETAS
CAMINO DEL RÍO VADILLO
MAS SETAS
COMIDA EN EL CORTIJO VADILLO
CRUZANDO EL PUENTE NATURAL SOBRE EL RÍO VADILLO
RÍO GENIL
VOLVIENDO POR LA VEREDA DE LA ESTRELLA
Ingresado ya en el club de los jubilados, con gusto me apunto a Sierra Nevada que siempre está espectacular y más con la nieve recién caída. Antonio nos meterá por un sitio desconocido, al menos para mí: el arroyo del Vadillo. Seguro que lo pasamos bien.
ResponderEliminarEstaré a las 6.30 en la plaza de la Axarquía esperando el convoy veleño.
Jesús