PARTICIPANTES: Lily, Lucía, Pili, Paco P, Mari Carmen, Antonio S, Manuel D. y Henar (Segovia). El guía de Muntania Outdoors fué Lorenzo.
La Selva Negra es un macizo montañoso situado al suroeste de Alemania en la frontera con Francia y Suiza. Su nombre se debe a que es un bosque de abetos tan denso y profundo que prácticamente no penetra la luz. Tiene una extensión de 160 km de norte a sur y unos 50 km de este a oeste y se divide en tres zonas, norte, centro y sur. Nosotros recorrimos las tres zonas.
Nos informa Lorenzo que su vuelo tiene
una hora de retraso, que lo esperemos entre las terminales 1 y 2. Llegó Lorenzo
y se fue a alquilar la furgoneta, había una gran cola porque se habían averiado
los ordenadores. Pacientemente nos pusimos a tomar una cerveza para entretener
la espera. Al fin llega tan feliz con su llave, llegamos al coche y comprueba
que la furgoneta es de 8 plazas en vez de 9, se va a resolver el error. La
organización alemana brilla por su ausencia, esto no es lo que era, o lo que
nos habían vendido.
Recorrimos 330 km en la furgoneta y a
las 9 de la noche llegamos a Waldbronn, debido a lo tarde que era, intentamos
encontrar un restaurante para cenar, el primer intento en el camping fracasó,
la cocina estaba cerrada, en el pueblo había varios restaurantes cerrados, por
fin encontramos el hotel Krone que tenía el restaurante abierto y allí cenamos.
Esta noche salvamos, tendremos que adaptarnos a los horarios alemanes si
queremos cenar.
Lorenzo cenó deprisa para ir a Bad
Herrenalb, que está a 18 km, para hacer el “chek in” del hotel porque cerraba a
la 23 h. Regresó y nos fuimos todos para Bad Herrenalb, Henar y Lorenzo dormían
en un hotel y nosotros 7 en dos apartamentos. A la una de la noche nos fuimos a
la cama, ha sido un día muy largo. Aquí dormiremos 3 días.
Hoy tenemos una caminata por los
alrededores de Bad Herrenalb y salimos caminando desde el hotel.
Bad
Herrenalb tiene una idílica ubicación entre siete valles de la Selva Negra en
medio del impresionante paisaje del tercer parque natural más grande de
Alemania: el Parque Natural de la Selva Negra Central / Norte.
Cuando
sentaron las bases de lo que fue el antiguo asentamiento monástico en el siglo
12, los monjes cistercienses ya sentían la magia especial de este lugar. A lo
largo de los siglos de su agitada historia, Herrenalb se ha convertido en una
próspera ciudad turística y hoy tiene derecho a llevar el prefijo
"Bad" (alemán para "baño") y está clasificada como un
centro de salud climático y spa de salud.
La caminata transcurre por pistas de
tierra y amplias sendas en medio del bosque de abetos y por zonas de helechos
gigantes. Llegamos hasta el mirador Bernstein con una gran cruz y fantásticas
vistas al valle. Seguimos la caminata hasta el monte Mauzenberg de 759 m.s.n.m.
A las 12,40 h paramos a comer para irnos adaptando al horario alemán.
Después de la comida regresamos a Bad
Herrenalb, descansamos un rato y salimos a pasear por la ciudad y su bonito parque.
Hoy nos toca una caminata por los alrededores
de Baden Baden. Tras el desayuno nos montamos en la furgoneta y nos trasladamos
19 km hasta la zona de Ebersteinburg.
Aquí iniciamos la caminata en
dirección suroeste, pasamos al lado de la estación del tren de cremallera que
sube al monte Merkur y continuamos hacia la reserva de ciervos y muflones, no
vimos ninguno, estarían guardados en el bosque debido al calor. Continuamos la
ascensión hasta el monte Merkur de 687 m.s.n.m. Subimos a la torre de
comunicaciones para disfrutar de las excelentes vistas del valle de Baden
Baden. Bajamos por otro camino hasta el aparcamiento donde teníamos el coche,
cruzamos la carretera y continuamos caminando hacia el oeste en dirección al
castillo viejo.
Al llegar al castillo tomamos una
cerveza y entramos a recorrerlo subiendo hasta la almena más alta para
contemplar las vistas del valle del Rin. Regresamos al coche y fuimos hasta
Baden Baden para disfrutar de un baño en su balneario y visitar la ciudad.
Cenamos y regresamos a Bad Herrenalb.
Recorrido de la ruta a pie: 15 km con 650 m de desnivel acumulado, la altura máxima fue el monte Merkur con 687 m.s.n.m.
Hoy nos toca dejar Bad Herrenalb y
trasladarnos más al sur hasta Freudenstadt donde pernoctaremos dos noches.
Distancia en coche 62 km.
A mitad de camino, a la altura de
Huzenbach paramos para realizar una caminata al lago Huzenbacher.
Recorrimos 3 km y llegamos al precioso lago de Huzenbacher que es uno de los
tres lagos de circo en el área de la Selva Negra. Se formo en la última fase de
la última edad de hielo. La apariencia de su paisaje cambió en 2012 por causa
de una tormenta que aplastó los árboles en la zona este.
El lago está lleno de lirios de
estanque amarillos, que junto con el bosque del entorno le da una belleza sin
igual.
Desde el lago situado a 747 m, subimos
por una bonita senda hasta el mirador situado a 916 m con unas vistas
magníficas sobre el lago y el bosque. Seguimos la caminata bajando por otro
camino hasta el lago y en su ribera nos sentamos a comer y disfrutar de las
vistas.
Tras la comida regresamos al coche para
recorrer los 23 km que nos separaban de Freudenstadt.
Freudenstadt se encuentra en el
corazón de la Selva Negra, tiene la plaza más grande de Alemania, con 5
hectáreas de superficie dividida en dos partes, la alta y la baja, tiene forma
cuadrada y está rodeada de pintorescos edificios y salpicada de numerosas
fuentes con diversos estilos.
Tomamos unas cervezas y pasteles en la
plaza, esperando la hora del “chek in” del hotel. Después nos fuimos en la
furgoneta a visitar el pueblo de Triberg situado a 61 km. Este pueblo tiene una
bonita cascada y también alberga el reloj de cuco más grande del mundo.
Cenamos y regresamos a Freudenstadt.
Hoy nos desplazamos hacia el sur para ascender
al pico Feldberg y visitar la ciudad de Friburgo.
Después de desayunar nos trasladamos
135 km en la furgoneta hasta la zona de esquí de Feldberg. Allí empezamos la
ruta a pie, a 1.240 m de altura, con un día fresquito y nublado. Caminamos
primero por un precioso bosque de abetos mezclado con praderas llenas de flores,
con gran cantidad del Lilium Martagón, el bosque se acabó y caminamos por
praderas de alta montaña cubiertas por la niebla que apenas nos dejaba ver el
paisaje.
Llegamos al mirador de la cumbre del
monte Feldberg de 1.493 m de altura, sacamos las fotos correspondientes,
comimos e iniciamos el regreso por el mismo camino de subida.
Tras la ruta, nos trasladamos en
coche 43 km hasta la ciudad de Friburgo. Nos dimos un paseo hasta la catedral,
tomamos una cerveza y esperamos la llegada de mi sobrina, que está trabajando
en la Universidad de Friburgo y se ofreció a enseñarnos la ciudad. Hicimos un
recorrido por sus empedradas calles, por la plaza de la catedral, las puertas
de acceso al casco antiguo y la universidad. Sacamos infinidad de fotos a los
pintorescos edificios.
Friburgo de Brisgovia,
es la cuarta ciudad con más habitantes de la región de Baden-Wurtemberg y, al estar tan cerca de la
Alsacia francesa, hace que sea otra puerta de entrada a la Selva Negra.
Es curioso pensar cómo la ciudad más bombardeada de toda Alemania durante las Guerras Mundiales (sobre todo la Primera) ha sabido reconstruirse hasta tal punto de ser considerada hoy en día «La capital ecológica de Alemania» gracias a su ejemplar utilización de la energía solar. Además, el centro de la ciudad es una zona medioambiental restringida y sólo pueden circular vehículos que lleven una placa verde indicadora de una baja emisión de gases tóxicos, el transporte publico es a base de tranvías.
Queríamos cenar codillo y salchichas y
fuimos a un restaurante en la plaza de la catedral, nos sentamos y como no
tenía codillo ese día, nos fuimos en busca de otro, todos estaban llenos, pero
encontramos uno, al lado de un canal de agua, que nos preparó la mesa para 10
comensales en el interior y cenamos de maravilla.
Con el estómago lleno, nos despedimos de mi sobrina y montamos en la furgoneta rumbo a Freudenstadt.
Después de desayunar nos acomodamos en
la furgoneta para recorrer los 288 kilómetros que nos separan de Lindau en la
ribera del lago Constanza. A las 11,30 llegamos a Lindau y paseamos por el
puerto a cuya entrada se encuentran de un lado el León de Baviera y del otro el
Faro Nuevo, al otro lado del puerto se sitúa la emblemática torre Mangturm
construida en el siglo XII, paseamos por sus calles y plazas, visitamos la
catedral y comimos el bocadillo en uno de sus preciosos parques.
Tras la comida nos desplazamos en
furgoneta otros 105 kilómetros hasta el castillo de Hohenschwangau. Este
castillo se encuentra en la
localidad de Schwangau, a poco más de 4km de Füssen y muy cerca de la frontera
con Austria. Con los Alpes Bávaros como telón de fondo y los lagos Alpsee
y Schwansee a sus pies, se entiende que Maximiliano II se enamorara del lugar.
Está muy cerca de otro castillo, el Neuschwanstein que no visitamos porque está
con obras de restauración.
Dejamos la furgoneta en el parking y subimos
en autobús 3 km hasta el castillo. Lo recorrimos por fuera, no entramos porque
era muy tarde y aún teníamos que continuar viaje.
De
regreso a la furgoneta, recorrimos otros 75 kilómetros para llegar a nuestro
nuevo destino Garmisch Partenkirchen donde estaremos alojados tres noches.
Garmisch-Partenkirchen fue la gran sede de Alemania
para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936. En 1935, con la llegada de los
Juegos Olímpicos de Invierno, Hitler combinó Garmisch y Partenkirchen como un
solo gran lugar para el evento deportivo. Aquí están ubicadas las instalaciones
de Salto de Esquí Olímpico donde se celebra la competición del 1 de enero que
vemos televisada todos los años.
Desayunamos
y nos trasladamos 10 km en la furgoneta hasta el inicio de la ruta. Iniciamos
la caminata por una pista de tierra que pasa por zonas de bosque y de verdes
praderas, en continua ascensión hasta el collado. Desde el collado se ve hacia
el este una gran extensión de praderas alpinas donde pastan numerosas ovejas y
vacas al lado de la granja Stepbergalm.
Desde
el collado seguimos por una senda, en dirección suroeste, bien trazada, pero
con algunas trepadas en roca, que nos conduce a la cumbre del monte Ziegspitz
de 1.864 m.s.n.m.
Las
vistas desde la cumbre son impresionantes, se ve todo el macizo montañoso de
los Alpes Bávaros con su pico más alto el Zugspitze de 2.962 m con dos
teleféricos que suben a su cumbre, uno desde Alemania y otro desde Austria.
Comimos en la cumbre para disfrutar de las magníficas vistas y regresamos por
el mismo camino.
Nos
trasladamos en furgoneta 25 km hasta la estación del teleférico “Tiroler Zugspitzbahn”
en Austria. Este teleférico parte de la cota 1.225 m y sube hasta la cota 2.950
m salvando un desnivel de 1.725 m, tiene 3.600 m de recorrido y tarda 10
minutos.
Desde
el teleférico austríaco, recorrimos 26 km en coche para ir al lago Eibsee que
está al lado de la estación del teleférico alemán.
En la
orilla del lago comimos y algunos se bañaron. Hicimos un recorrido a pie
alrededor del lago, todas las pequeñas calas estaban llenas de gente tomando el
sol y bañándose, es una playa de interior.
Recorrido
de la ruta a pie: 9 km con 140 m de desnivel acumulado.
A continuación, nos trasladamos en
coche hasta el estadio de saltos de esquí olímpico, al otro lado de Garmisch.
Recorrimos a pie dos km hasta el inicio del cañón de Partnach.
El
cañón tiene una longitud de 700 m y el paso del agua ha creado un estrecho
desfiladero de 80 m de altura en la roca caliza. Hay un camino por la margen
derecha del río con 247 m de túneles perforados en la roca.
Tras
disfrutar del paseo por el cañón, regresamos a Garmisch y nos fuimos a cenar a
un restaurante típico para despedir el viaje con buena comida y abundante
cerveza.
Tras el
desayuno, metimos las maletas en la furgoneta y nos trasladamos 126 km hasta el
aeropuerto de Múnich. Llegamos sobre las 10 de la mañana porque Henar y Lorenzo
tenían el avión a la 12 h, pero nosotros tuvimos que esperar paseando 4 horas por
el aeropuerto, nuestro vuelo salía a las 14,50 h.
El
vuelo salió en hora y regresamos felizmente a Málaga.