Canillas de Aceituno-El Saltillo-Antigua GR-249.
Participantes: Nori, Luis, Rafa,
Paco Hernando, Manolo, Ricardo y Jesús. Antonio Usieto participó en la comida
Distancia recorrida: 10 km.
Desnivel acumulado: 470 m
Desayuno en el bar El Cruce de
Benamargosa. Aceptable, bien y rápidamente servidos en la mesa. Rafa nos invitó
porque quiso, para celebrar que llevaba meses sin salir. MUCHAS GRACIAS POR LA
INICIATIVA.
La comida de los primeros
miércoles de mes se va afianzando en el grupo y haciéndose tradicional. El
primer miércoles de diciembre, el día 6, fuimos al cerro Plaza de Armas y no
había posibilidad de ir a comer de restaurante, por eso se aplazó para hoy: Una
ruta cortita y chivo al horno en La Sociedad de Canillas.
La mañana estaba muy templada,
19ºC en Canillas a mitad de diciembre, increíble, de modo que en el fuerte
repecho por el pueblo para alcanzar la senda de la acequia ya hubo quien se
quitó ropa. Una vez alcanzada la senda la caminata es un paseo llano disfrutando
de las vistas sobre Canillas, sobre la zona del embalse de la Viñuela, sobre
los pueblecillos e innumerables casitas esparcidas en todo el oeste del río
Vélez y hacia el sur.
La senda atraviesa los olivares
del Mohay. Con algunas rachas de viento del norte llegamos al corral en medio
de la ladera que siempre nos llama la atención por su situación en la parte más
empinada y agreste de la ladera. Hoy también hemos echado un rato comentando su
situación y el posible acceso del cabrero.
Cruzamos la ladera de las
Tormentas antes de entrar en los Pechos del Campanario donde la senda ha sido
preparada con rejillas metálicas en el piso, barandillas y sirgas manteniendo
esas estructuras, para salvar los pasos aéreos por donde la acequia iba. Uno se
pregunta cómo construirían y mantendrían esa acequia por semejantes Pechos.
Las vistas al barranco y a su
ladera izquierda son extraordinarias. Allí paramos una y otra vez a hacer fotos
y a contemplar el agreste panorama. En un determinado punto había una puerta
para impedir continuar hacia el barranco del Saltillo porque en él está la toma
de agua de boca de Canillas. Esa puerta ha sido arrancada y hemos decidido
continuar hasta la toma de la acequia para volver a visitar las cascadas y
pozas donde está la toma. Ya las habíamos olvidado.
Tocaba dar la vuelta e ir a
buscar la bajada al puente colgante. Lo hicimos tranquilos, recreándonos con
los tremendos tajos a ambos lados del barranco y sacando fotos. En el descenso
al puente estaban de obras, preparando unos muretes en la parte de arriba de la
senda para sujetar el talud. Habían instalado una tubería desde arriba por
donde echaban la arena mezclada con el cemento y de la tubería del agua de
Canillas habían sacado una toma hasta el punto de obra. Habían mecanizado la
obra en lo posible. Allí estaban 3 o 4 operarios de charla que se pusieron a la
faena cuando nos vieron aparecer. Dedujimos que tienen trabajo para meses dado
el ritmo que llevaban.
En el puente y en la preciosa
subida por la ladera de Sedella seguimos haciendo fotos. Gracias a las
paraditas de las fotos hicimos la empinadísima subida sin enterarnos. Una vez
fuera de los Pechos del Campanario tomamos la sendita que sale casi llana al
sureste, hacia la zona del Corral de Quico. Alcanzamos el carril, continuamos
por la senda hasta pasar el almendral cercado, y por el lomo al este bajamos
hacia la carretera. Como el paso del lomo a la carretera es complicado por el
talud que hay, hoy hemos tomado un carrilillo a la izquierda, al norte, que en
un santiamén y con comodidad nos puso en la carretera.
En el puerto de Sedella hemos
abandonado la carretera para entrar en la senda del antiguo trazado de la
GR-249 y bajar al Almanchares. Empinada bajada que hemos hecho despacio para no
resbalar y en el cauce del Almanchares junto al chorrillo de agua que traía,
hemos hecho un ratito de Ángelus por charlar más que por comer, porque todos
estábamos pensando ya en el cercano aperitivo en Canillas.
Por el carril debajo de la
carretera hemos ido hasta la piscina de Canillas y de allí al pueblo por el
parque. Como teníamos tiempo hemos pensado en llevar las mochilas a los coches
para estar más libres en La Sociedad, pero al pasar por el bar Andalucía lo
hemos pensado mejor y hemos decidido que las mochilas podían esperar y la
cerveza del aperitivo no, así que en el bar nos hemos aposentado, dentro porque
fuera hacía viento frío, y hemos tomado unas cervecitas con aceitunas y callos
con poca pringá.
Después a dejar las mochilas a
los coches y allí hemos encontrado a Usieto que nos acompañaba a comer.
Con el aperitivo tomado y el
chivo encargado teníamos comida de sobra, por eso hemos encargado un par de
ensaladas y el chivo con su asadurilla y su cabeza. El chivo bien asado,
jugoso, aunque la carne es más blanda y con menos sabor que la de antaño, quizá
porque ahora no hay ganado en el monte y los chivos se crían a pienso en el
corral, sin tomar hierba ni hacer ejercicio.
La Sociedad se ha llenado. Había
tal ruido que hemos decidido ir a tomar el café al Andalucía porque no nos
entendíamos al hablar. Con el café, unos postres para compartir y alguna copita
hemos dado por terminado un día magnífico.
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